Estaba un día entre el cielo y el infierno y….
- Llevé un rompevientos blanco que contrastó bastante con la multitud de chamarras negras.
- No fui feliz ante las fallas en el audio, sin embargo….,
- …sentí que la emoción y la adrenalina fueron más importantes que el oído (en muchos momentos).
- No necesité (ni extrañé) a la lluvia del Corona, esta vez Rob Zombie hizo el truco.
- Slam.
- No vi a todas las bandas que tenía planeado.
- Me arrepentí de haber conocido a Korn hace algunos años y no en la adolescencia; aún así, solté algo de furia adolescente que tenía acumulada desde entonces.
- No sentí frío, no sentí cansancio, no me sentí viejo. Comprobé nuevamente mi teoría del rock como fuente del calor, energía y juventud.
- Salté e hice headbanging con la que debe ser una de las bandas de covers más caras del mundo: Limp Biskit. Además del “let’s rock like this is 1999” con el que Durst me aventó al tobogán del tiempo, las versiones de Metallica, Rage Against The Machine, Guns N’ Roses y Nirvana confirmaron mi idea de que los 90 son los nuevos 70.
- Deduje (tres días después) que los 2000 podrían ser los nuevos 80 (se aceptan discusiones).
- Noté que las voces de Gene Simmons y Paul Stanley están casi igual de cansadas y lastimadas que la mía; ninguna de esas voces se calló durante casi dos horas.
- Inicié con el abuso mental de un año, imaginando las bandas que estarán en la edición 2015 y empecé a ahorrar.