Hemos vivido un año de muchas emociones, hemos sido testigos de un capitulo en la historia, del cual seguramente hablaran nuestros nietos. Sin lugar a duda, el 2014, fue un año donde la conciencia del mundo entero despertó. Nos encontramos en medio de una campaña a nivel mundial de rescate y protección de los más vulnerables, desde perros, gatos, caballos y varios animales domésticos a quienes ya se había hecho costumbre maltratar y abandonar, animales en peligro de extinción y otros de la vida salvaje que han cazado durante generaciones, ahora tenemos un repudio general a esta práctica, hasta niños, mujeres y familias enteras que han sido víctimas del consumismo y de la ambición desmedida de nuestra propia especie.
Mediáticamente, presenciamos una revolución en Ucrania, nuevas aprobaciones de ley para los matrimonios gay, masacres en la franja de Gaza, el secuestro de 276 niñas de una escuela en Nigeria a manos un grupo de radicales, provocando la reacción del mundo entero, incluyendo a la primera dama de EU, Michelle Obama, sequías consideradas las peores en mil años, suicidios de actores que nos inspiraron a vivir, la agonía de la confianza a nuestros “protectores”, el nacimiento y propagación de virus mortales enfocados al exterminio de miles de personas para la libre explotación de minerales preciosos.
Atestiguamos el despojo de familias enteras en Brasil para poder construir los estadios de uno de los eventos deportivos más vistos en el planeta el Mundial 2014, protestas de millones de personas en China para exigir la libertad de designar a sus candidatos para las alcaldías, premios Nobel de la Paz a niñas que promueven los derechos humanos, legalización de la marihuana en algunos estados de la unión americana y por su puesto Ayotzinapa y nuestros 43 líderes espirituales.
Hoy el mundo realmente está cambiando, vive bajo un grito desesperado de una unión para nuestro propio bien, y no solo social, también climático, nos grita la necesidad de aprender a vivir en armonía, sin distinción de cultura o posición económica.
El 2014 nos enseñó de lo que el mundo es capaz de transformar cuando lo decidimos todos, hoy es más fácil globalizar una causa, hacerla nuestra sin importar el origen de esta y eso nos da la esperanza de poder tener un mundo mejor.
Por Romyna Pineda. @RomynaPineda