Sé que hay más de una publicación en facebook donde hacen comentarios acerca de cuándo sabes que te estás haciendo viejo, pero cada vez que veo una foto de la época en que no me importaba nada más que mis amigos, la música y el partido para el que trabajaba, me pregunto qué hubiera sido de mi vida si en ese momento supiera lo que ahora sé.
He llegado a la conclusión de que mi adolescencia hubiera sido realmente aburrida; no puedo negar que anteriormente me he indignado por la participación tan pobre de varios de los más jóvenes, pero la realidad es que los que ahora somos los adultos (o chavo-rucos) no nos hemos preocupado por hacer de nuestros jóvenes más conscientes, al contrario, pareciera que ellos son los que nos enseñan a parecer idiotas, porque después de los 30, estamparte con un árbol por estar hasta el huevo de alcohol, que te lleven al torito, que te salgas del antro sin pagar o que te rompas la madre en la calle porque un wey le vio las piernas a tu vieja es de idiotas.
Deberíamos ser nosotros, los que aún no somos tan rucos pero tampoco tan jóvenes, quienes se acerquen a ellos y enseñarles cómo podemos tener una sociedad más civilizada, no llena de neandertales que después de postulen para presidentes municipales como el glorioso Cuauhtémoc Blanco o como Costel y Lagrimita, que empiezan a hacer de las campañas políticas verdaderos circos callejeros.
Que no debería ser un color lo que los defina como seres pensantes como el “turquesa”, que las precampañas son para definir a los mejores de cada partido, pues uno de ellos es quien nos representará como pueblo, comunidad y país. Se dice por ahí que cada pueblo tiene el gobierno que se merece y creo que este mi pueblo mexicano, no merece a otro payaso en el poder por muy pequeño que sea.
Ayudemos a informar e informémonos de la manera adecuada, más allá de lo que nos digan las televisoras que debemos saber.
Votemos conscientes, votemos libres.
Por Romyna Pineda. @RomynaPineda