En los últimos días, hemos visto los desaires de la primera dama a su no tan bien ponderado esposo.
No cabe duda que hay que tener muy poca clase para ventilar los problemas conyugales en público, peor si eres la pareja presidencial en pleno viaje de estado, donde no solo los ojos de los mexicanos están encima de ti, sino también los del país que visites.
Terriblemente, todo este show de revista de televisa, lo único que no deja ver es que efectivamente la gaviota ya está un poco hasta la madre del marido y no tengo que preguntar el porqué, quién podría aguantar un constante acoso de los medios cuestionando la evidente ignorancia de Peña Nieto y, no sólo eso, seguro que alguien se ha preguntado si la primera dama será tan bruta como el, pues aparentemente son tal para cual. Al menos yo ya estaría harta de que me compararan con un iletrado como el presidente de este país.
Hay muchas cosas en las que no podría estar de acuerdo con la Sra. Angélica, pero si algo le he de reconocer son esos huevotes que demostró al mandarlo derechito a la humillación delante de millones de espectadores y de grandes personalidades de los diversos gremios tanto de la realeza como políticos y personalidades de la cultura. Una mujer nunca va a reaccionar de esa manera, si lo que le hizo su pareja fue un asunto realmente grave, así que yo me pregunto y ¿Qué tal que nos regalara un poquito de ese valor? Digo si estamos en pro de la dignidad femenina ¿Por qué no estar a favor de la dignidad del pueblo?
Estoy segura que Peña a los mexicanos nos ha hecho más de una chingadera en público como para que todos nosotros lo podamos mandar a la chingada, no le basta matar a nuestra gente, ahora también nuestros derechos y estamos sumergidos bajo el mando de un pendejo que se ríe constantemente de nosotros porque somos nosotros los que nos hacemos pendejos ante las humillaciones.
YO QUIERO LOS HUEVOS DE LA GAVIOTA
Por Romyna Pineda. @RomynaPineda