Hay pocas cosas tan complicadas como hablar de un álbum de covers de The Beatles sin lastimar a los puristas admiradores de esta banda. En las décadas posteriores a su separación (y a las muertes de Lennon y Harrison) bastantes atrevidos han sido criticados por su falta de méritos para versionar al casi sacro cuarteto de Liverpool. ¿Qué sucede cuando el autor intelectual de un proyecto de este tipo es alguien que ha ostentado a través de los años el título de quinto Beatle? El resultado es imperdible.
Una pieza clave en el sonido y, por lo tanto, el éxito de nuestros Beatles, George Martin recibió el título de Sir en 1996, por servicios prestados a la música y la cultura popular; un par de años después, se daba a la tarea de seleccionar y dirigir a un grupo bastante heterogéneo para dar un nuevo sonido a los temas de The Beatles. El nombre del álbum era In My Life.
El primer track, Come Together, nos da una idea muy clara de lo que estamos a punto de escuchar; Robin Williams y Bobby McFerrin se encargan de preparar nuestros oídos para una mezcla de voces y sonidos que se antojaba más improbable que volar en un cielo con diamantes.
La voz sensual y traviesa de Goldie Hawn nos transporta a una atmósfera etílica de cualquier bar de New Orleans mientras A Hard Day’s Night vibra a ritmo de jazz. Con toda sinceridad, debo admitir que aún no decido si me prendió más esta versión o la siguiente pista, en donde Jeff Beck (el mismo que tocaba con Clapton y Page en The Yardbirds) nos regala una de las mejores versiones de A day in the life que he escuchado.
La voz de Celine Dion en Here, There and Everywhere y el violín de Vanessa Mae en Because casi nos engañan haciéndonos pensar que estamos escuchando un álbum convencional. Sus versiones ponen un toque romántico a la compilación; unas cuantas canciones después, Phil Collins revive, casi nota a nota, tres de los tracks finales del Abbey Road, los emblemáticos Golden Slumbers / Carry that Weight / The End.
De pronto, escuchamos una voz familiar que no debería estar ahí; con tonos que nos hacen pensar que I am the Walrus se grabó en un circo o en un hospital psiquiátrico, Jim Carrey nos sorprende con una interpretación que se convierte en uno de los puntos más altos del álbum.
Seguimos este viaje con una orquestral versión de Here Comes The Sun, a cargo de John Williams, guitarrista australiano con más de cuatro décadas de carrera que debe estar harto de ser confundido con el Williams de Hollywood.
El crédito de George Martin aparece en las pistas The Pepperland suite y Friends and lovers; la primera vio la luz originalmente en el lado B del álbum Yellow Submarine y la segunda fue escrita por Sir Martin un poco después de la muerte de Lennon.
Cuando parece que lo hemos escuchado todo, nos enteramos de que Sir George reservó una sorpresa para el final. La voz de Sean Connery recita las líneas de In My Life sobre una versión instrumental de la canción, detalle con el cual la música se hace completamente cinematográfica en nuestra mente y podemos ver las notas.
A pesar de todos sus argumentos, este álbum no ha conseguido, ni conseguirá, esquivar las críticas y los ataques; acostumbramos a premiar la originalidad y The Beatles hacían derroche de ella. Sin embargo, no debemos olvidar un detalle: esta nueva visión de temas clásicos no es realizada por terceros, las voces del álbum son sólo un instrumento de Martin para permitirnos echar un vistazo musical a sus recuerdos, es un pretexto para contar lo que pasó en su vida y eso es mágico.
Update: El documental de la BBC acerca de la grabación del álbum
Por Adal Ortega:
@ortegayanez
Nota originalmente publicada en adalortega.com.