El Balón y el Pentagrama, herramientas que detonan pasiones y alimentan locuras. Dicen que las personas vivimos de pasiones, el motor de traslación y el impulso de los sueños. Todos tenemos un mínimo de locura que nos mueve. Hay veces que más de dos podrían pensarse opuestas; aunque la mayoría de las veces son convergentes. Música y fútbol: pan y circo para unos, pan de vida para otros. Sentimientos y pasiones que no respetan fronteras geográficas ni culturales, se burlan del idioma, la religión y del tiempo.
Claro está que cada uno las vive a su manera, algunos juegan en la cancha mientras otros sólo aprecian cada nota ya compuesta. Así cada uno tiene sus posiciones preferidas, habrá quien apoye más al delantero, otros prefieren al baterista. Dentro de las canciones unos escuchan la melodía o el bajo, algunos cantan mientras a otros les apasiona el túnel que acaban de hacer o el lanzamiento épico del portero.
Además, ¿quién no ha imaginado ver a sus músicos favoritos interpretando juntos un partido perfecto en el escenario? Juego de estrellas, un espectáculo utópico garantizado. Los jugadores entonan inigualable música con sus espléndidas jugadas mientras una banda gana una final de temporada en su primer show. No es coincidencia que haya conciertos en los estadios o música que hable sobre el balompié. Ambos arrancan suspiros y provocan emociones hasta las lágrimas; convergen en el punto más natural del ser humano, la magia va de corazón a corazón. El futbol y su interminable Guerra de bandas, donde el ganador ni es el goleador, ni la afición: sino el corazón que arde y desborda pasión. Por otro lado La música es un partido que ganas perdiéndote en ella. Ganar o perder se difuminan con el encanto de vivirlo.
Lástima que el espectáculo se vende, se podrá comercializar cada nota y llenar estadios enteros, pero lo que nunca se venderá es lo que provoca en cada uno de nuestros corazones atrapados. Lástima que los mejores jugadores no siempre lleguen a los mejores oídos. Aun así son los más exitosos dentro de su laberinto de pasiones. Laberinto donde la expresión del ser llega a su máximo esplendor, donde las emociones trascienden y llegan para quedarse, sin importar si son buenas o malas su existencia permanece generada por la droga natural de la vida: la pasión.
como diria @Pele “Naci para el futbol…..como Beethoven para la musica” …siempre ha existido ese juego de la pasion en el futbol y la musica……sin pasion nada tendria sentido…significado…..sin pasion……no habria espiritu….
Muy inspirador.
En la música como en el futbol los que nos mueve es la pasión……la vida es un torbellino interminable de emociones pero la pasión no alimenta a seguir en busca de nuestros sueños.