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#AhoraSuena:

Adal Ortega

Sin más:

  1. El rock es una inagotable fuente de calor, aún cuando estés a punto de la hipotermia por estar empapado de pies a cabeza.
  2. Si inviertes la “W” de Weezer, te quedas con la “M” de Moderatto. Y es que mi cerebro aún no sabe cómo reaccionar ante el inexplicable cover de Ana Gabriel que hizo Rivers Cuomo; no sé si tomarlo como un intento de tributo a México. Mis neuronas siguen cantando, una y otra vez, “quién como tú…”
  3. En ocasiones, la testarudez puede traer a tu vida momentos históricos, como el seguir aguantando bajo la lluvia hasta que Jack White salga al escenario y presenciar la penúltima actuación de su tecladista, Isaiah “Ikey” Randolph Owens, muerto un par de días y una presentación después.
  4. “Si nos organizamos, cogemos todos” (y sí, me sentí un poco viejo junto a la banda de chavos coreando esto a modo de porra).
  5. Más allá de los gustos, de la cultura musical, de los géneros y, sobre todo, de conocer más bandas que otra persona, los conciertos siguen tratándose de disfrutar un momento; 45 minutos después de la cancelación de Massive Attack, yo seguía rodeado de cuerpos brincando con las mezclas de antro de Zedd, conviertiendo un jardín lodoso en una pista de baile y celebrando ante cada relámpago que amenazaba con electrocutarnos a todos (de menos a los que estaban en el escenario). En ese momento también dejé de preguntar ¿Qué hace Zedd en el Corona?
  6. No era penal. Lección gratuita de los chavos de Torreón que, con el ritmo y tonada de 7 Nation Army empezaron a cantar “O-ribe-Pe-ralta”. A petición de algunos, cambiaron la letra a “No-era-pe-nal”.
  7. La música no es soluble en agua.
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