Inicia 2015 en medio de la estela caótica que dejaron los últimos y violentos meses que sacudieron al país. La visita masiva de la muerte (famosa o incógnita) caló hondo en el ánimo de los mexicanos: marchas, enfrentamientos, acusaciones, huidas y hasta el cinismo que muchas veces nos aventaron como remedio para soportar los hechos; aquel “ya supérenlo” de parte de la presidencia del país, la misma presidencia que debió haber dado solución y justicia expedita ante las masacres de los estudiantes, de las mujeres, de todos aquellos que levantaron su voz para reclamar, para acusar o simplemente para vivir.
Sin embargo, se dice que el show siempre debe continuar, y en un país como el nuestro, en el que la democracia es aún un cuento que se les cuenta a los niños para que concilien el sueño, esto significa nuevas elecciones políticas para elegir a nuestros representantes en las Cámaras de Diputados y Senadores, así como Presidentes Municipales. Tremenda cosa, sobre todo si se piensa que son muy pocos los representantes que en verdad representan a la población, estratégicamente dividida en distritos electorales. ¿Quién, alguna vez, ha sido testigo de la buena función de alguno de estos personajes?, ¿quién se ha visto beneficiado de manera segura y permanente por la gestión que realizan en sus conciliábulos trasnochados y sin registro?, ¿a quién en verdad se deben?, si en realidad no rinden cuentas a la sociedad civil que los elige, ¿entonces a quién? Es el eterno juego del poder a través del poder. Es, en efecto, el show que siempre debe continuar.
El salto que muchos personajes previamente famosos han realizado hacia la contienda política ya es cosa común en nuestro escenario nacional. Así, personajes como María Rojo, Alejandro Camacho y la vasta familia de los Alemán, han accedido, en su momento, a posiciones de poder político insospechadas para ellos, aunque (hay que decirlo) casi siempre se han visto utilizados por los grandes manejadores de hilos, quienes aprovechan la fama y la “marca” que estos personajes han alcanzado mediante su labor artística. Este año sin embargo, el PSD se “voló la barda” al pre candidatear para la alcaldía de la ciudad de Cuernavaca, Morelos, nada menos que a un Cuauhtémoc Blanco muy próximo de verse obligado por la edad, a colgar los tenis (literal). Pienso que la presencia del Temo en estas arenas va más allá del viejo mensaje que afirma que todos tenemos una vena política por explotar. Aún si tomamos en cuenta el “ángel” y la convocatoria popular que siempre han caracterizado a uno de nuestros mejores futbolistas de la historia, resulta una broma ver al Temo afirmando que “se la va a rifar” por la seguridad de la capital morelense, tan lastimada en los últimos años por el paso inclemente del narco terrorismo y los elevados índices de violencia social. Desconocemos al momento, la plataforma política de un personaje a quien únicamente hemos festejado aquellas inolvidables Cuauhtemiñas en el Mundial de Corea-Japón, sus festejos polémicos y su actitud arrebatada en el campo de juego.
La presencia del Temo en la contienda política de este 2015, más allá de si logra su candidatura, más allá incluso de si gana en los comicios o es derrotado por sus adversarios, resulta en un nuevo mensaje socio político: no solo todos tenemos una vena política esperando a ser explotada, sino que en nuestro país, la representatividad de las facciones políticas viven una crisis de credibilidad sin antecedentes, que aceptan a quien sea en sus filas, aprovechando la fama, noble o de mala calaña, que hayan podido generar en sus esferas de actividad. A QUIEN SEA. Sea esta, entonces, una verdadera llamada de atención a los venerables y sacro santos políticos de cepa, quienes han vivido sus mejores años reproduciendo el viejo sistema de alianzas y lealtades que el PRI (y después, el PAN y el PRD) impuso como manera de hacer política: hoy ya no tienen asegurado su lugar en la carrera por el hueso, hoy pueden ver sus sueños derrumbarse ante un personaje tan popular y tan de barrio bravo como Cuauhtémoc Blanco. La historia hablará, como siempre lo hace, y nos dejará en este 2015 una lección para recordar en el escenario político nacional. Aún si esta lección para recordar signifique únicamente ver al Temo hacerles la Cuauhtemiña a algunos de sus adversarios.
por Carlos Freeman: @caufree
(Un Hombre Libre)